Donnerstag, 26. November 2015

5 semanas en la UCI

El 15 de septiembre a las 8.39 y 8:41 Santiago y Samuel saludaron al mundo con un fuerte grito ( por lo menos eso asegura su papá, yo andaba levitando entre sueños narcóticos) y llevados inmediatamente a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por ser bebés prematuros.
Admiro a las madres que después de una cesárea se levantan como si nada, se bañan, se visten y estan listas para ir a casa con su nueva familia. Yo, lo intenté, pero las energias no me alcanzaron ni para pararme al baño, solo la idea de caminar por un interminable pasillo, tomar un ascensor y pasar por interminales puertas me parecía una prueba de fuego. Asi que la primera vez que pude tener sus perfectos cuerpecitos entre mis brazos fue 24 horas después gracias a una enfermera samaritana que se tomó el trabajo de llevarme en silla de ruedas. 

Mis pequeños estuvieron en la UCI unas 5 semanas, al contrario de muchos otros testimonios, yo lo tomé por el lado positivo. Gracias al Universo y al genicobsterta (ese magnifico ser que la vida me regaló para brindarme su apoyo) pude estar 11 dias en el hospital, en vez de los 4 reglamentarios. Asi pude estar cerca de mis universos. Como saben mi adorada media naranja se quebró la mano derecha un dia antes de la cesárea. Hubiera sido muy difícil recien operada manejar 30 km de mi casa al hospital.

Pero todo en la vida tiene una razón der ser. Mi esposo estuvo incapacitado 6 semanas asi que ibamos (todos los dias juntos!) a ver a nuestros bebés, y en los momentos que dormían, paseabamos por los alrededores, almorzabamos bajo el sol, conversabamos comiendo helado, compartiendo nuestra felicidad, dudas y esperanzas. Los pequeños gusanitos se encontraban en las mejores manos de las mas amorosas y competentes enfermeras y médicos. Asi que mientras ellos descansaban de todas las nuevas sensaciones y emociones, papá y mamá tanqueaban energia, paciencia y valor al aire libre para enfrentar esta nueva etapa de sus vidas.

No crean que fue fácil, obviamente no todo iba bien con mis gusanitos, por algo estaban en la UCI, el más pequeño hubo que ponerle una sonda varias veces porque no subia de peso y le encontraron una persistencia del agujero oval, además estuvimos en la cuerda floja varios dias esperando a ver si la ictericia se trataba (con riesgo de complicaciones) o se esperaba a ver si lograban mejorar por si solos.

Pero todos estos problemas no estaban en mis manos, asi que decidí tomarlos, meterlos en una burbuja y enviarlos al Universo, para que éste en su sabiduría infinita resolviera este acertijo. Yo llegaba a ver a mis pequenos gusanitos feliz, sonriente, agradecida, les cantaba y les decía cuanto los amo y les susurraba las cosas maravillosas que ibamos a hacer en casa.

Pasaron casi 5 semanas y el dia despues que mi mamá ( ese ser extraordinario, que gracias a su amor, paciencia y dedicación me ayudó a sobrevivir los primeros meses. Gracias mamita!) atravesara un oceano para conocer a sus nietos, llegamos los cuatro juntos a casa, felices, fuertes y saludables para empezar la aventura de nuestras vidas!

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